La protección de los cactus antes del invierno.

La protección de los cactus en el otoño alarga su vida y mejora su supervivencia.

Los cactus son plantas que se adaptan a ambientes cálidos y secos. Si no viven en sus lugares autóctonos debemos tomar algunas precauciones para su cuidado.

Los cactus viven más confortables en espacios secos y cálidos. Sin embargo se pueden adaptar bien a otros climas siempre que no sean muy extremos.

En lo posible debemos preparar una ubicación más favorable para estas plantas durante el otoño. Es una tarea que en lo posible es mejor plantear al comienzo de la estación.

 

Los primeros días de otoño son por lo general benévolos. Una semana después de finalizar el verano suelen continuar las buenas temperaturas. Se trata del veranillo de San Miguel, nombre que en España coincide con la fiesta del Santo. Pero en realidad a nivel climático cada año dura mucho más.

Las buenas temperaturas se suelen extender hasta bien entrado el mes de noviembre. Muchos climatólogos lo atribuyen al cambio climático que se vienen estudiando desde hace décadas.

La temperatura y duración solar dependen en un territorio de varios factores. La latitud y la altitud terrestre así como la fecha del año determinan el clima de una región.

Hay otros factores locales y globales que pueden afectarlo también como la cercanía al mar o barreras naturales como cordilleras cercanas.

En nuestra vivienda podremos igualmente recrear algunas de estas variaciones.

Si tenemos posibilidad de mover de lugar los cactus en maceta la planta lo agradecerá.

Una buena idea es situarlos dentro en un invernadero que tengamos. También se pueden introducir en casa. La humedad del otoño e invierno serán suficientes para que vivan en el interior.

 

Otra opción es colocar estas plantas bajo un techado pero en el exterior y si es posible a resguardo en un espacio soleado.

Nuestro espacio de jardín se puede rediseñar a lo largo del año de manera variable según las necesidades de las plantas que allí viven.

Cuando llegan las temperaturas elevadas protegemos con más sombra algunas plantas delicadas o que son de climas más húmedos y nórdicos.

Con la llegada del invierno los cactus tendrán más fortaleza en espacios cálidos al sol y resguardados de la lluvia.

Una manera de mejorar su estancia durante las etapas más invernales es situarlos sobre terrenos rocosos que durante el día acumulan una gran cantidad de calor.

Los cactus que están plantados directamente en el jardín seguro que disponen de un suelo acondicionado para su drenaje en caso de lluvias constantes.

Si tenemos estas plantas en una finca situada en territorios muy húmedos y lluviosos hay otras soluciones. Además de tener acondicionado el suelo para estas plantas tan especiales es posible cubrir ese suelo con lonas.

 

Estas lonas impermeables serán más útiles si hay algo de pendiente. Un terreno inclinado permitirá evacuar el agua de la lluvia caída.

De esta manera nuestros cactus no se sobreexpondrán a un agua que puede ser excesiva y terminar por pudrir las raíces. Evitaremos muchos daños a medio y largo plazo con esta protección.

Pasadas las lluvias podemos retirar esas protecciones y así disfrutar de nuestro maravilloso espacio.

De todos modos lo más importante es que nuestras plantas respiren.

Estar en contacto con el exterior permitirá una oxigenación abundante así como la humedad necesaria.

 

Cómo perciben el otoño las plantas

Frutos del acebo en el mes de septiembre.

Cómo perciben el otoño las plantas

Todos los años son distintos de modo que unas veces se adelanta la primavera o se alarga el invierno. En otros casos el verano llega de repente sin apenas primavera y otras, como ha ocurrido este año, el verano que llegó dos meses antes, da la sensación de que ahora se marcha también antes.

Los meses de julio y agosto, dentro del calor propio de la estación, se vieron envueltos en tormentas que durante semanas completas parecían más bien tratarse de estaciones frescas y lluviosas. Este año ha habido un clima tan anómalo, que observando fotos distintas realizadas cada día, se podría afirmar que unas eran de un invierno templado o de un otoño lluvioso.

Hubo frentes de nubes que cuando llegaron a la península, no tuvieron ningún reparo en descargar gran cantidad de agua, creando torrentes y granizo.

Sin embargo, la sequía continuó, porque aquello fue un respiro para refrescar el ambiente de los calores tan dañinos que tuvimos, pero era tal la cantidad de agua que hacía falta por el bajo nivel de los embalses y cauces de los ríos, que toda esa lluvia caída en una semana no se percibió apenas.

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En ese sentido, las plantas han sufrido este año un fatiga muy grande por una desorientación en el clima donde, desde finalizado este invierno que fue cálido, se pasó a una primavera de apenas un mes para situarnos en un verano que parece comenzó en el mes de abril.

Las plantas, como se explicaba en https://jardinesdesemiramis.aguadul.com/protegetusplantasdecalorinas han sufrido por una parte sequía con una primavera sin lluvias que ha perjudicado mucho todo el ciclo ecológico. Y las plantas que consiguieron arrancar, con mucha merma y una gran mayoría atrofiada en su desarrollo, se encontraron con aun menos lluvias en los meses siguientes, y un calor demasiado abrasador. Muchas de estas plantas perdieron sus hojas, y cuando aflojó el calor, salieron otras nuevas, más pequeñas que las primeras, pero que sirvieron para que pudieran sobrevivir.

Ahora al poco de llegar el mes de Septiembre, el tiempo comenzó a refrescar más que otros años. Junto a unos vientos cada vez mayores y algún frente nuboso que pasó por distintas provincias, hizo entender que el otoño se adelantaría.

Este año el otoño entrará el viernes 22 a las 20 horas solares ( 22:02 horas, hora Peninsular ), pero parece que hubiese comenzado a finales de agosto.

En cualquier caso lo que parece que sí hace falta son lluvias que no terminan de llegar. Las temperaturas bajaron y nos tuvimos que poner a primeros, manga larga. Hubo noches de esos días en que la temperatura cayó hasta los 10 grados en la zona centro, en verano.

Todo esto se menciona para poder hacernos una idea de los daños que han sufrido las plantas, su estrés y su fatiga.

Así, un otoño anticipado dará dos lecturas. Una según la cuál la planta que tuviese hojas nuevas, salidas tras el golpe de calor, tendrán una capacidad prolongada de superar incluso el mes de octubre de una manera holgada, dependiendo de cómo de severo sea esta estación.

Hojas de níspero dañadas por el calor, viento e insectos.

Los daños en las hojas.

En el caso de esas plantas que siguen con las mismas hojas de primavera, les sucederá una caída temprana de las mismas debido a que estarán muy estropeadas por todos los daños normales sufridos en todo ese recorrido.

Lo normal es que las hojas pierdan partes al ser comidas por insectos y aves que las encuentran apetecibles más si cabe cuando este año hubo pocas. También estas hojas sufren ataques de parásitos de toda clase que dañan sectores de la misma o bien la hacen enfermar por completo.

Otro ataque es el de esas calorinas mencionadas en donde se secaron amplios sectores de la misma aunque con capacidad suficiente como para continuar.

También hay daños mixtos en donde una parte seca de esa hoja es más vulnerable a la resistencia del viento el cuál termina secando aún más esas zonas próximas produciendo mayores grietas y huecos que hacen perder partes de la misma.

El tronco y la raíz también sufren pero son más duros y los daños menos visibles. De modo natural, cuando la planta se adapta a este cambio progresivo del cambio de estación, lo primero que hace es aminorar su ritmo vital.

Esto se consigue de manera que las hojas dan una lectura general al resto de la planta de manera que registra por una parte las horas de luz que cada vez son menores. Por otro lado va registrando los cambios de temperatura que se producen.

Todas esas métricas dan instrucciones al organismo para que se vayan cerrando ciertos conductos que unen el tallo con la hoja. Esos conductos quedan poco a poco sellados con un material que en primavera se ablandará para dar paso a las hojas nuevas. Durante todo el invierno ese tallo quedará sellado.

Hojas de níspero dañadas por el calor, viento e insectos.

Maneras de otoñar.

Hay también un tipo de sellado seguido por algunos árboles en donde esas hojas permanecen en su mayoría sujetas al tallo para después caer al llegar la primavera. Es el caso de los robles. Por una parte se protege la zona donde saldrá la hoja nueva y por otro lado esa hoja seca que caerá en primavera, servirá de abono y aporte de nutrientes a este mismo árbol.

Según las especies en unos casos será un cierre interno mientras que en otras consiste en una yema que se mantiene resinosa durante el invierno. Este es el sistema seguido por los castaños de indias. Cada especie de planta usa su propio sistema.

En otras como la cryptomeria, que es parecida a una tuya perenne con hojas puntiagudas pequeñas, sigue un modo conocido como marcescente. En estos casos la hoja se seca pero permanece pegada al tallo. Cuando llega la primavera, se pone en funcionamiento de nuevo.

Su comportamiento es más parecido al de una planta perenne. La diferencia es que cesa su actividad totalmente, pero manteniendo sujetas las hojas, hasta que las condiciones son óptimas. En ese momento las hojas de color marrón seco se vuelven verdes poco a poco.

En otra clase de árboles se entiende esta denominación no como una reactivación de la hoja sino como una permanencia en el tronco de la misma hasta la primavera en que definitivamente se cae. El ejemplo más conocido es el de los bosques formados por robles melojos.

Pero estas plantas marcescentes, también pierden hojas. Lo hacen durante todo el año, sobre todo mientras tienen más actividad. Algunas claramente dejan de servir incluso después de pasado el invierno. La planta lo valora, y si está muy inservible, simplemente no se pone en marcha y posteriormente se cae.

Las plantas perennes son esas otras que mantienen una actividad todo el año. Están vivas en todo momento, tanto sus raíces como sus troncos y tallos permanecen activos.

No obstante, no es tan óptimo como pudiera parecer. Sería muy productivo poder disponer siempre de estas plantas, en su mayoría coníferas, para hacer la fotosíntesis todo el año proporcionando mayor cantidad de oxígeno.

Pero lo que ocurre en realidad es que aunque ciertamente las plantas perennes sí funcionan todo el año, su actividad disminuye. Sus hojas siguen siendo de un color verde pero tan solo realizan un 11% o un 15% de su actividad fotosintética.

Por esta razón, los ciclos de fijación de carbono de la atmósfera y la actividad fotosintética son uniformes a nivel global de manera que la cantidad de oxígeno que se produce es siempre igual. Todo depende de la cantidad de árboles presentes.

De este modo, la producción de oxígeno depende de que la masa forestal sea mayor por plantación y crecimiento de bosques y selvas, o bien disminuya por los incendios, la tala de árboles y deforestación agrícola.

Ejemplos de árboles de hoja perenne son los pinos, abetos, magnolios, nísperos, y encinas entre otros.

Los árboles de hoja caduca son aquellos que como se explicó al comienzo, dejan caer sus hojas al término del verano.

Es una manera de renovación en donde la planta se desprende de todas esa hojas que ya han perdido eficacia en su función y que además presentan numerosos daños.

Bosque otoñando en el mes de septiembre.

El otoño

En el otoño además, ocurre que las horas de luz son cada vez menores. Esto es producido por el movimiento de La Tierra alrededor del sol en su movimiento de translación, en donde el ángulo del eje terrestre que no varía ,hace que hacia el invierno los días duren menos horas. Al contrario, de camino al Verano, estos días se hacen más largos.

En el otoño ocurren varios procesos de caída de hojas y desprendimiento de partes de la planta, en mayor medida que el resto del año. Así, las plantas perennes también se desprenden de hojas durante todo el año, pero lo hacen de manera gradual como antes se comentaba.

Por eso, si nos fijamos, en un pinar por ejemplo, el suelo está siempre cubierto de hojas secas todo el año. Son hojas que caen de manera constante según determina el árbol.

En esos procesos de renovación, ocurren a la par otros fenómenos como la transformación de esa materia orgánica. Así, con ayuda de las primeras lluvias y la humedad que ya se instala en esta estación, surgen hongos y setas de todo tipo que aprovechas esa materia orgánica para su sustento. Es una manera de transformar esa materia y devolver los nutrientes al suelo.

Existe toda una cadena de transformación que ocurre hasta la llegada del invierno, donde casi todo está dormido, es frío y aparentemente estéril. Después con la primavera y el aumento de la temperatura y horas de luz se comienza de nuevo el proceso vital.

Flores del níspero en diciembre y enero.

Frutos secos y alimentos en el ciclo de la vida

Sin embargo las estaciones son distintas para cada especie vegetal. En líneas generales parece que en primavera todo se renueva y del letargo todas las plantas comienzan y después en otoño cesa toda actividad.

Pero si esto fuese así, también se interrumpiría toda el ciclo y cadena ecológica. El caso es que durante el otoño hay numerosas plantas que dan frutos secos de toda clase. Comparado de hecho con otras estaciones puede que sea la más prolífica en este sentido.

Las plantas proporcionan frutos en primavera, verano, otoño e invierno en mayor o menor medida. Además hay numeras aves e insectos que sobreviven según el ciclo de estas plantas. Si esos animales tienen alimentos, pueden desarrollar su actividad.

No todos los animales hibernan como el oso, o viven una vida corta como los insectos que ponen sus huevas y mueren tras una año de vida. La mayoría de especies, reduce su actividad a unas pocas horas al día, pero sobrevive. Sin embargo necesitan comer y beber en ese tiempo aunque sea reducido.

El acebo es un árbol con frutos rojos que resulta muy nutritivo a gran cantidad de aves. Lo mismo ocurre con el tejo que ofreces unos frutos rojos comestibles, sólo el fruto y no el hueso.

En el bosque aparecen gran cantidad de bayas y otros frutos, que son adecuados para cada especie. Lo que para unos animales puede resultar nutritivo para otros es venenoso. Cada especie se guarda de un conocimiento exacto en este sentido en una tarea innata de miles de años.

En otoño dejan caer sus frutos los nogales, castaños y avellanos. En invierno lo hacen las encinas hasta enero. El níspero que renueva sus hojas a finales de agosto y primeros de septiembre, con sus hojas renovadas, produce flores en el mes de diciembre. Estas flores muy olorosas curiosamente, a pesar de la estación fría en la que salen, son el reclamo de algunas abejas y moscas que sobreviven en esta época. Esas flores serán en el mes de mayo el fruto del níspero.

Algo parecido sucede con el cerezo y el almendro que floran en enero y febrero. Por eso, en este sentido, la vida no se para un instante sino que se escalona de manera que algunas plantas que casi desaparecen en verano son relevadas por otras que comienzan su actividad en ese momento. Y así de modo sucesivo durante todas las estaciones.

También hay una diferencia notable si se compara la actividad de las distintas plantas que viven en latitudes diferentes. El otoño no es igual en todos los lugares.

En países nórdicos casi todo es invierno y las estaciones de primavera, verano, y otoño, se concentran en apenas cuatro meses. En el caso de países mediterráneos la duración es más equilibrada, y en los ecuatoriales no existen estaciones porque todo es un clima tropical.

Por eso cada planta se adapta a todas estas condiciones que serán diferentes en un país asiático con clima monzónico, o en otro de tipo tropical, o uno situado en el altiplano andino, muy diferente de un clima mediterráneo o polar.

Las plantas que viven las diferentes estaciones del año en distintas latitudes son a la vez una manera de variedad y adaptación evolutiva continua.

autor del artículo:

Jesús Pablo Alonso García

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Incendios: La Amenaza Vegetal Global (parte II)

La amenaza vegetal global que suponen los incendios forestales tiene consecuencias ambientales y sociales.

Parte II del artículo:

http://jardinesdesemiramis.com/incendios

 

Fuerzas de Seguridad y Emergencias

Como se podía leer en la parte primera de este artículo, un incendio es un accidente y a la vez una catástrofe con la que es muy difícil combatir.

Cuando se declara un incendio, ya es muy difícil de solucionar y llevará al menos varias semanas tratar de controlarlo y contenerlo para después extinguirlo.

Los bomberos y servicios de emergencia idean estrategias de control y contención para estabilizar el incendio cosa que se complica cuando hay varios focos.

En este caso se pasa de tener un problema a varios problemas a la vez. Ya no sólo se trata de contener ese fuego sino de establecer un perímetro de seguridad suficiente para poner a salvo a todas las personas de aquella zona.

En todos los incendios han participado los bomberos de todo el territorio peninsular. Pero también a sido necesaria la colaboración de la unidad militar de emergencias (UME) la cuál interviene en casos graves y de gran emergencia.

Bombero trabajando

Es esencial la coordinación y creación de un gabinete de crisis desde el que se articulen las acciones a llevar a cabo desde los distintos puntos de control y mando.

En estos casos se hace necesaria la preparación y actuación disciplinada, metódica y de organización militar de cuerpos como Protección Civil, Policía, Guardia Civil, Ume, Cruz Roja y otros efectivos llegados de países cercanos.

Ante una emergencia grande se hace necesario coordinar el empleo de medios aéreos y terrestres para la extinción de estos enormes incendios.

El problema surge sobre todo cuando se declaran incendios en varias provincias y varios países cercanos en donde las posibilidades de sofocarlos son menores al no poder colaborar conjuntamente entre todos esos medios.

El empleo del ejército en estas tareas así como de cuerpos con organización parecida son necesarios ante catástrofes que se escapan de control, catástrofes como el fuego que no negocian, que en realidad no quieren nada y que no obedecen a ningún plan preestablecido, quemando sin control todo lo que encuentre a su paso.

Es aquí donde nos encontramos cara a cara con nuestra faceta más antigua y ancestral en donde tratamos de salvarnos y salvar a nuestros semejantes cuando nos sentimos amenazados ante un peligro que nos supera.

Cada vez más parece que la solución está cercana a la prevención , vigilancia y concienciación ante un problema creciente de magnitudes y complejidad enorme.

Helicóptero vigilando

Legislación y Protección Medioambiental

En todo lo concerniente al medioambiente existe sobre todo una base legal. Las leyes y normativas españolas junto a las directivas europeas delimitan lo niveles de protección medioambiental en un marco jurídico.

Existen tipificadas multas, sanciones, y delitos ecológicos de todas clases según su gravedad y alcance.

También en relación al tema hay todo un sistema en donde legalmente, según la denuncia de los hechos el asunto queda sujeto a la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECRIM)

Se puede consultar toda esta legislación y normativa la cuál es casi idéntica en todos los países. Sin embargo varían enormemente en la cuantía y gravedad de las sanciones así como la aplicación de castigos ejemplares los cuales dependen del juez.

Aunque no se trata de centrar todo este asunto en las sanciones y los castigos. Tal vez sea necesario otro tipo de actuaciones.

También hay que considerar que no es lo mismo un país en donde durante el año está todo nevado o llueve constantemente que otro más cálido en proceso de desertización. Estos dos países podrán tener una legislación similar y parecerá que en uno de ellos funciona y en el otro no. Sin embargo podríamos concluir de manera muy razonable que es más debido al clima propio que a su efectividad legal, prevención y aplicación de sanciones.

Bosque quemado por incendio en parque del Sureste (Madrid) en agosto de 2015.

Análisis del panorama general

En la actualidad parece que padecemos un ataque global al medioambiente. Lejos de protegerlo cada vez parece que se trata de superar en atrocidad el año anterior.

Esta situación conduce a una desertización y deforestación global que cada vez será más cara a nivel medioambiental y por tanto social. Con frecuencia se proponen planteamientos en los que estas dos cosas van separadas cuando es justo lo contrario.

Viendo el número creciente de estos incendios que se superan cada año, parece que hubiese un interés por deshacerse de todo tipo de vegetación sobre todo en parques naturales y zonas de especial protección medioambiental.

En estos parques y parajes naturales que parecen ser el blanco de estos ataques, no se puede en ellos ni cazar, ni pescar, ni extraer madera, ni usar su espacio, ni urbanizar, ni extraer materias de ninguna clase. Tan sólo se pueden desarrollar pequeñas iniciativas locales.

Pero este tipo de iniciativas sostenibles describe a la perfección un modelo totalmente opuesto al sistema económico y comercial que hay instalado en la actualidad y que por una legislación débil, extremadamente lenta, en numerosas ocasiones denunciada como pactada, es incapaz de solucionar el problema.

Para cuando se pueda arreglar legalmente esta situación haciendo un pronóstico de su crecimiento exponencial, es lo más probable que no quede ya nada que quemar.

Sin embargo incluso desde el punto de vista de la depredación comercial que se lleva a cabo en la actualidad, tal como se entiende actualmente por varios grupos que así lo denuncian, el asunto no tiene futuro porque en él perdemos todos. Perdemos por un lado el presente y perdemos por otro el futuro.

Así haciendo un planteamiento muy básico como si fuera uno de esos programas infantiles como el popular «Barrio Sésamo» de hace varios años, a menos árboles menos lluvias, y si no llueve tampoco crecen plantas, y sin vegetación no se produce oxígeno, y sin oxígeno, todos morimos.

Incendio de depósito de neumáticos en Seseña (Toledo) en mayo de 2016

Parece que todo está ahí porque sí, pero obedece a un sistema ecológico del que todos formamos parte. Es igual que una nave autónoma que llevase su agua, aire y alimentos. Pues con el planeta Tierra pasa igual, se trata de un sistema cerrado.

Así es muy necesario mantener una biodiversidad cada vez más rica y favorecer los sistemas ecológicos naturales. Toda alteración de ese equilibrio nos afectará negativamente convirtiendo este lugar en inhabitable.

Se trata de incendios provocados en su gran mayoría, que pone en peligro a poblaciones enteras ahora y a todas las generaciones futuras. Se trata de incendios que calcinan un monte que tal vez se recupere dentro de cincuenta años o nunca porque construyan sobre el mismo.

Incendios en los que nunca aparecen responsables ni culpables, tal vez algunos sospechosos que finalmente quedan absueltos por falta de pruebas, en donde al final no es juzgado casi nadie.

Bosque quemado por incendio en parque del Sureste (Madrid) en agosto de 2015.

¿Qué fue de la persona que provocó el incendio de Soria que se contaba en la parte I de este artículo, que dejó varios muertos y daños medioambientales de valor incalculable?. Y la persona que arrojó esa colilla desde un coche incendiando parte del parque natural del Sureste cercano a Madrid, ¿quién es, y dónde está?. ¿Qué pasó con todo aquello? ¿Y con los demás incendios?. Al final no se sabe quiénes fueron. Es más, al tratarse de negligencias de tipo accidental en estos dos casos mencionados, seguramente no lo sepan ni los interesados.

Son solo algunos ejemplos de la dificultad de evitar que todo esto se produzca. No hay manera de que alguien pague por ello. Aunque es peor aun porque, de encontrarlas, esas personas no podrían reparar todo ese daño producido de ninguna manera.

Más bien parece que la solución parte de nuevo de la prevención y sobre todo concienciación global y corrección en los hábitos peligrosos que se llevan a cabo a diario de manera aparentemente inofensiva y que pueden crear un problema enorme.

Bosque quemado por incendio en parque del Sureste (Madrid) en agosto de 2015.

Casos fuera de España

Igual que se listaban varios incendios recogidos por la prensa este año por toda la península, en países cercanos ocurrió también parecido.

¿Cómo es posible que, como denunciaban recientemente los medios de comunicación, en Portugal se halla quemado ya este año tres veces más de todo lo quemado en los últimos 10 años?.

En esos mismos medios se ha denunciado como en el país luso, sólo en la semana anterior a mediados de agosto de este año aparecieron más de 1.200 incendios nuevos. ¿Cómo es esto posible?. ¿Quién está detrás de todo esto?, y ¿por qué ocurre ahora?.

La mayoría de esos incendios, denunciaban, producidos después de las siete de la tarde, respondían a un patrón en donde hay una organización perfectamente coordinada y que suponen, según las regiones o países más del 80 % del total estos incendios que son provocados.

En Estados Unidos y Australia se producen todos los veranos literalmente el infierno sobre la tierra. Millones de metros cuadrados son abrasados cada año en donde no vuelve ya a crecer nada. También ocurre en otros muchos países por todo el globo.

Este año a raíz del primer incendio ocurrido en Portugal se bautizó un nuevo término denominado «tormenta de fuego» para referirse a un fuego repentino y explosivo que arrasa varios cientos de metros en pocos segundos.

Helicóptero trabajando en tareas de extinción de un incendio.

Este año por el aumento repentino de estos incendios, en Portugal sobre todo, a parte de las pérdidas materiales incalculables, se han cobrado la vida de numerosas víctimas las cuáles murieron dentro de sus coches en carreteras envueltas en llamas a miles de grados que lo arrasaron todo a su paso.

Es algo muy triste que una cosa así pueda ocurrir con los medios que se suponen hoy. Es también muy lamentable que las personas que lo provocaron sigan libres, y peor, que nunca se sepa quiénes fueron.

Parece que por muy dramática que sea una de estas historias, permanece envuelta en un halo de impunidad y anonimato demasiado cruel.

Cuando leía sobre estos casos ocurridos creía que era un relato de ciencia ficción, pero la realidad lo superaba. Es increíble que nos esté ocurriendo todo esto.

Especialmente dramático e inquietante resultó ver cómo en el mes de julio se produjeron incendios de enorme gravedad en la «costa azul francesa». Es algo que no había ocurrido. Tuvieron que evacuar a más de 10.000 personas.

Todo este verano demasiado largo han tenido como protagonistas a los países del Mediterráneo. Portugal, España, Francia, Italia y Grecia se han estrenado a diario con nuevos incendios de mayor o menor gravedad.

Parece que el problema ya no es local sino que afecta a regiones completas, regiones en donde el clima ha cambiado y es más seco y el suelo es cada vez un poco más desértico.

El Agua y el Clima

¿Hay lugar para la esperanza?

De seguir así parece que el próximo año ocurrirá de nuevo todo esto.

Hidroavión en servicio en labores de extinción de un incendio.

Los veranos son cada vez más secos, veranos que ya comienzan en primavera y terminan casi en invierno. Ahora los incendios son en casi cualquier época del año porque antes era todo más frío, más lluvioso y más húmedo.

Así en este sentido parece que la cosa irá a más.

Eso en relación al clima pero, ¿qué ocurre con la legislación?. ¿Es tan difícil vetar toda clase de explotación comercial en zonas de especial protección?.

Será algo tan sencillo como aprobarlo por ley, y no dejar margen para cambiarlo de nuevo en unos años, sino más bien reforzarlo legalmente y además ampliarlo.

Un territorio más protegido de esta manera es garantía de riqueza. Cualquier otro modelo que lo amenace creará unos indudables beneficios a muy corto plazo pero sin ningún futuro ni posibilidad de regeneración.

Parece que desde siempre cuesta firmar esta clase de acuerdos. Se teme un gobierno de talante ecologista aunque nunca lo hubo. Pero es peor porque cuando ha habido alguno que simpatizaba con esa manera de hacer el mundo, no se vio gesto alguno sobre el papel.

En estos casos tampoco hubo ni más leyes, ni más dinero, ni más protección quedando todo en actos simbólicos dirigidos a la esperanza futura.

Pero esos gestos y buenas acciones no sirven de nada si no se acompaña de acciones. No trabajar en el problema desde su raíz y demorar su solución no hará otra cosa que hacerlo más fuerte y su raíz más profunda enredándolo todo.

De esta manera llegados a ese punto ya no habrá manera de hacer nada porque lo raro y extraño será «el sentido común» convirtiéndose el mismo en una amenaza.

Así toda aquella persona que piense de manera coherente será considerada un enemigo del sistema, que es más o menos lo que ya ocurre ahora.

No obstante aún se está a tiempo de encontrar una solución y equilibrio a este conflicto que se nos plantea.

Parque natural con enorme riqueza medioambiental.

Propuestas de soluciones

Desde los distintos órganos de gobierno al menos no parece que se esté haciendo mucho. Tal vez se esté haciendo pero no se está divulgando esa tarea.

Crearía un cierto optimismo y un lugar para la esperanza saber que se está creando un plan real para solucionar este problema.

Igual que cuando aparece una crisis de algún tipo se crean «grupos de trabajo» especiales desde áreas multidisciplinares, se debería crear a nivel nacional e internacional un modo conjunto de actuar para ya no sólo dirigir políticas en este sentido, sino sobre todo «ponerlas en marcha» de manera visible.

Igual que ocurre con la Interpol a nivel transfronterizo, se podría crear algo similar a nivel medioambiental para esta protección. El trabajo conjunto de distintos países vecinos en esta legislación así como acciones concretas de puesta en marcha sería una manera hacer frente a estos problemas en las próximas décadas que serán muy difíciles.

Es algo parecido a los acuerdos de la Unión Europea, los cuáles demuestran tanta fragilidad como fragmentado está el mapa político de sus integrantes.

Tal vez se deba mejorar esa manera de difusión y sobre todo la implementación de esos grupos de trabajo haciendo al ciudadano de a pie participante.

 

Artículo de Interés relacionado:

http://www.aguadul.eu/OrigendelFuego

autor del artículo:

Jesús Pablo Alonso García

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Incendios: la amenaza Vegetal global

Incendio apagado en Parque Natural del Sureste (Madrid). Agosto de 2015.

Incendios. Amenaza Vegetal Global.
(parte I)

El fuego en medioambiente

El origen del fuego es algo que nos acompaña desde que somos humanos. Haciendo un balance global le gana lo positivo pero desde un punto de vista medioambiental es claramente algo negativo.

Es negativo en todos los sentidos debido a que está asociado a un accidente natural como la caída de un rayo o bien a algo provocado por el hombre, bien acordado como puede ser una quema autorizada, o bien por desacuerdo, es decir, un incendio intencionado por motivos .

En cualquiera de los tres supuestos el medioambiente pierde, y por tanto nosotros.

En el siguiente enlace se habla más en profundidad acerca del origen del fuego y algunos de sus usos más extendidos como en la agricultura y en otras actividades.

 

http://aguadul.eu/origendelfuego

 

Los incendios forestales. ¿Qué ocurre en ellos?

Cuando se produce un incendio en la naturaleza el desastre es inmenso.

Es igual que si comparamos un fuego controlado y producido en la cocina de nuestra casa para hacer una comida, frente al incendio de toda la cocina, toda la casa y además las casas de los vecinos cercanos.

 

"Elk Bath" – A wildfire in the Bitterroot National Forest in Montana, United States
Foto 01: Montana, United States. Taken by John McColgan, employed as a fire behavior analyst at the Forest Service, an agency of the U.S. Department of Agriculture.

 

En un bosque o parque natural ocurre del mismo modo. Así cuando se inicia, ya no hay modo de contenerlo, devorando sus llamas todo a su paso.

Ya no sólo los daños se limitan a los árboles quemados y arbustos. Los daños son mucho mayores porque se tarda una media de 50 años en repararlo todo.

Cuando las llamas han pasado, se tardan varios días en enfriar todo el suelo y restos. Aquel suelo se ha expuesto a temperaturas de más de mil grados lo que quiere decir que no sólo quema la vegetación sino también el suelo.

El suelo a esa temperatura según el material, sufre distintos procesos de alteración y ninguno bueno. Toda la materia orgánica por debajo de la superficie hasta incluso más de medio metro queda desaparecida.

Es peor que un desierto porque en el caso de un incendio no queda nada vivo, ni colonias de insectos, ni pequeñas plantas, ni musgo ni líquenes ni nada. Toda biodiversidad queda desaparecida y la cadena dentro del ecosistema se rompe.

Se dice que hay pocos lugares más silenciosos que un bosque consumido por las llamas tras un incendio. Es así porque nada vivo hay allí y no se oye nada en absoluto.

Así, no habrá manera de que alguna especie puede vivir allí hasta al menos uno o dos años en que se iniciará de nuevo una colonización biológica de manera natural.

 

Incendio apagado en Parque Natural del Sureste (Madrid). Agosto de 2015.

 

Por procesos muy lentos el suelo se va regenerando poco a poco. Mediante trabajos de reforestación y tratamientos del terreno es posible que se acelere el proceso natural. No obstante, no es algo milagroso, simplemente se acorta el tiempo en cinco u ocho años sobre los cincuenta años que se comentaban los cuales siguen siendo mucho tiempo para que todo se regenere.

A los diez años ya hay un cambio importante porque quedan asentadas las primeras cadenas biológicas de manera estable. Sin embargo los arbustos son enanos y los árboles muy pequeños aún, de tan sólo metro y medio de altura, con un tronco estrecho y una copa pequeña que da escasa sombra.

Mientras tanto el terreno se erosiona más rápido al paso del agua y por la acción del viento hasta que la vegetación se fija.

Todavía harán falta diez años más para ver un pequeño dibujo de cómo será en tres décadas aquel bosque. Los árboles ya son más gruesos aunque de pequeño porte, y los arbustos más numerosos. Ese pequeño bosquecito ya produce mucho oxígeno y refresca el ambiente cercano.

La sombra ha refrescado el suelo y bajo las copas de los árboles se han instalado colonias de insectos que corretean sobre musgos y líquenes. Esos insectos, cuantos más mejor, serán el alimento de aves y pequeños reptiles.

 

Humedales de alto valor ecológico en el Parque Natural del Sureste (Madrid)

 

Las plantas menores y los frutos serán el alimento de roedores, conejos y gamos. Después aparecerán predadores más grandes cerrando el círculo del ecosistema.

Cincuenta años más tarde estará todo como al principio.

Pero, ¿cómo ha comenzado todo este problema? Son muchos años los que hay que dejar pasar para tener lo mismo que ya había.

 

Clases de Incendios y maneras de prevenirlos

Los incendios en la actualidad se deben clasificar desde un punto de vista Legal y Medioambiental para determinar el origen, los daños producidos, sus consecuencias y las actuaciones a seguir para enfrentar el problema.

Los incendios naturales son aquellos producidos sin la intervención de las personas, por motivos sobre todo climáticos.

 

Tormenta eléctrica de Verano al Sur de Madrid. Julio de 2017.

 

El caso más común es el de los rayos caídos al suelo durante tormentas eléctricas. Un suelo y clima secos junto a un iniciador producirá el comienzo de un fuego que arderá regido por la dirección de los vientos y la topografía del terreno. Permanecerá activo mientras se pueda seguir alimentando del combustible encontrado a su paso como son árboles, arbustos y pastos.

Sólo se detendrá cuando no halla nada ya que quemar, por descenso brusco de la temperatura o bien por la llegada de lluvias. También encontrar un terreno húmedo o barreras naturales como son cauces de ríos o bien cumbres rocosas elevadas pueden detenerlo.

El iniciador a parte de un rayo puede ser también, si es el caso, la llama de lavas volcánicas en erupciones cercanas a un terreno seco, aunque en estos casos el incendio pasa a ser el menor de los problemas comparado con la catástrofe de una erupción.

Los incendios fortuitos se producen de manera accidental como es el caso de aquellos que son provocados por un accidente de tráfico en donde los coches accidentados pueden arder y de paso producir un incendio cercano. Eso mismo ocurrió a primeros del mes de agosto este año en España en donde se originó un enorme incendio.

Otros casos se han producido cuando alguna «quema autorizada» se ha descontrolado de modo que traspasa los espacios asignados y crecen rápidamente incendiando todo a su paso.

También hay incendios que se inician del modo más insospechado como por chispas producidas por el herraje del ganado sobre un suelo rocosos muy caliente y con vegetación seca a su alrededor.

Hay una nutrida lista de casos en que se produjeron chispas por los motivos más extraños.

El caso de los incendios por negligencias responden por ejemplo a fuegos no autorizados, bien por no ser el lugar adecuado o por estar fuera de las fechas recomendadas.

 

Helicóptero colaborando en la extinción de un incendio cercano a Chapinería (Madrid). Julio de 2013

 

El caso más conocido es el de la realización de «barbacoas» y comidas al fuego en el monte. Antes se podían hacer este tipo de comidas con fuego tomando precauciones. Hubo que prohibirlo y limitarlo a las zonas habilitadas como merenderos debido a los incendios constantes.

Pero como siguió sin funcionar, se limitó a esas zonas prohibiéndolo en Verano. Finalmente quedó prohibido realizar cualquier clase de fuego en cualquier lugar del campo en cualquier fecha del año.

Muy dramático fue un incendio iniciado en la provincia de Guadalajara en julio de 2005 en donde se arrasó una parte enorme del Parque Natural del Alto Tajo que quemó todo a su paso en un fuego avivado por un viento muy elevado que puso en peligro numerosas poblaciones y terminó con un balance de 11 muertos.

Los 11 fallecidos, dos agentes medioambientales y nueve bomberos perdieron la vida tratando de apagar aquel fuego en un episodio negro que aun se recuerda.

Estos profesionales quedaron rodeados por el fuego y perecieron. Milagrosamente sólo se salvó uno el cuál se refugió como última opción, al verse acorralado, bajo el camión desde el cual había por las pérdidas de agua en las juntas de ensamblaje, un goteo constante de agua lo cual mojó a este bombero todo el tiempo que duró el incendio salvándolo la vida.

Toda aquella tragedia comenzó por «una barbacoa en una zona habitada para ello» que por el viento se descontroló y sus brasas terminaron quemando el suelo seco, y desde allí, llevándose por delante miles y miles de hectáreas de bosque.

 

Incendio apagado en Parque Natural del Sureste (Madrid). Agosto de 2015.

 

También es una negligencia arrojar colillas encendidas desde un coche en marcha.

En agosto de 2015 se inició un incendio enorme junto a la carretera de Valencia a su paso por la localidad de Rivas Vaciamadrid por una colilla que se lanzó desde un coche.

En esta ocasión la brisa avivó ese cigarrillo hasta prender un lateral de la carretera lleno de vegetación seca que incendió con rapidez todo un terreno lleno de matojos secos situados entre la autopista y el río Manzanares.

Fue tal la virulencia de las llamas, que arrasaron todo a su paso en poco tiempo. Ese viento elevó por el aire miles de ascuas que saltaron volando el río prendiendo la margen contraria y ascendiendo por los famosos Cortados de Yeso de aquel paraje en pleno Parque Natural de Parque del Sureste.

Un humo blanco cada vez más denso que iba y venía, hizo detener el tráfico de la autopista ante la invisibilidad producida. En ese lugar se produce la unión entre el río Manzanares y el río Jarama en donde a parte de corrientes de agua las hay de vientos, y estos remolinos envolvieron en fuego todo a su alrededor en un incendio desbocado calcinando miles de pinos que crecían allí desde hace varias décadas.

Todo aquel sector del parque quedó negro como el tizón, con el esqueleto desnudo de troncos y ramas sin vida, y un humo que salía de sus brasas que tardó en apagarse varios días.

Gracias a que justo al lado se encontraba el centro nacional de Protección Civil y detrás del bosque el Complejo Militar de La Marañosa, se pusieron en marcha todos los efectivos posibles para apagar aquel infierno.

 

Hidroavión regresando a recargar agua en embalse de la Sierra de Gredos(Madrid) para sofocar incendio cercano a Chapinería. Julio de 2013.

 

La buena comunicación del lugar facilitó la llegada de todos los servicios de seguridad como Bomberos, Guardia Civil y Policía los cuales a través de numerosos medios terrestres y aéreos pusieron fin a ese desastre en dos días, dándolo por controlado en menos de ocho horas.

Era impresionante ver como aquellas columnas de humo altísimas que cegaban toda visibilidad y esas llamas penetrando por aquel pinar eran rociadas por miles de litros de agua arrojadas desde dos aviones y un helicóptero.

Los dos aviones uno detrás del otro soltaban varias toneladas de agua formando un arco de lluvia que caía sobre los pinos que ardían. No parecía gran cosa desde lejos porque el frente del incendio era grande y este agua al llegar al suelo nublaban esos pinos igual que si una nube cayera sobre ellos.

Observado de cerca impresionaba mucho como la luz del sol brillaba sobre ese agua en donde se notaba como aquel torrente líquido enfriaba y refrescaba el fuego golpeando con fuerza sobre el suelo.

Después de ganar aquella pelea quedarían aún muchos otros años de lucha desde la limpieza de aquel desastre hasta iniciar la total recuperación arbórea que se iniciaría con las primeras tareas de repoblación, eso sí, unos años más tarde.

Otros casos de incendios por negligencia son aquellos que se inician tras dejar en el campo botellas de cristal o vidrios rotos los cuales pueden producir fuego con el Sol por su efecto de lupa.

También llevar el móvil encendido durante una tormenta eléctrica de verano en medio del campo en donde un rayo puede alcanzar el suelo tratando de seguir la baliza del teléfono móvil, es otro riesgo de incendio fortuito.

Y así una lista que podría continuar con hábitos y situaciones comunes pero que pueden generar un enorme problema.

 

Incendio apagado en Parque del Sureste, muy cerca de Rivas-Vaciamadrid. Agosto de 2015.

 

Un caso más grave es el de los Incendios Intencionados

Se considera que un incendio es intencionado cuando se provoca a propósito y no está autorizado. Es el caso de personas que obedecen a una motivación bien personal o económica.

Una motivación personal para iniciar el incendio puede ser por enfermedad mental como aquellas personas que sufre la «piromanía». Esa palabra que procede del griego «fuego» y «locura», nos da una idea clara de en qué consiste. Se trata de la emoción y atracción por ver arder las cosas y está considerada una psicopatía.

Un caso famoso que alguna vez se asoció a esta patología lo encontramos en Nerón al cual se atribuye en julio del año 64 el incendio de Roma.

 

Foto 02: El gran incendio de Roma – Hubert Robert

 

Pero son más frecuentes las motivaciones económicas o por encargo. En este caso se trata de personas que persiguen por lo general la recalificación de un terreno que por el momento no se puede usar para sus propósitos.

Otros casos de motivación personal son aquellos que responden a venganzas personales por disputas diversas y que mediante el incendio se trata de hacer el mayor daño posible a esas otras personas, por lo general propietarias de ese terreno.

 

Incendios recogidos por la prensa

Este año las portadas de los periódicos casi a diario igual que las noticias fijas en informativos tuvieron como protagonistas los incendios.

Un verano que realmente parece que comenzó en abril por lo escaso en lluvias y el enorme calor que hubo, ha creado un panorama muy propicio para estos desastres.

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Los primeros incendios destacados producidos en el País comenzaron con los de Doñana. Un incendio de velocidad tal que llegó a las puertas del parque natural con el mismo nombre, algo que no se había visto nunca, y que además arrasó un camping completamente del que se pudo salvar a tiempo a sus habitantes, y demás fincas, casas y terrenos cercanos.

Específicamente se detalló a través de la Junta de Andalucía que aquellos terrenos no se recalificarían después del incendio si era por especulación urbanística la intención de todo aquello.

Aún se están investigando las causas del incendio que parece se debió a un accidente fortuito por las brasas que escaparon de una empresa dedicada a la producción de carbón vegetal allí cerca.

Pero lo más llamativo fue el matiz desde el organismos gubernamental en donde se especificaba «la no recalificación del terreno para otros usos» que el de suelo natural. Es decir, que sí se autorizaba en otros muchos esa recalificación cuando ya había pasado el tiempo estipulado.

 

Hidroavión realizando ejercicios de pilotaje y vigilancia en Cadalso de los Vidrios (Madrid).

 

Legalmente, si esto se permite o se da pie a cambiar la ley a nuestro antojo, es un problema que nos amenaza. Por tanto parece que estos incendios provocados se producen porque al final compensa.

En Galicia a mediados de agosto se producían por la noche numerosos focos de incendios intencionados. En las provincias gallegas llevan sufriendo este problema décadas. Detrás, confiesan las autoridades locales, hay toda una larga lista de conflictos y venganzas personales más que especulación económica.

En la península ha habido otros incendios sonados antes incluso de llegar a mediados de agosto. Incendios como el de Teulada y Benissa, el de Guadalajara declarado a primeros de mes y muy próximo a la ciudad con todo un monte lleno de llamas de fuego, otro incendio en Ávila cercano al Parque Regional de Gredos, el incendio de Artés, el de Verín, el que se produjo en Jaén, en Ciudad Real, en Granada, el de Doñana que se mencionaba antes, el espectacular incendio del Parque Natural del Calar del Río Mundo y la Sima en Yeste, el de Albacete, el de Sierra Calderona, el de Alicante, el de Extremadura, el de Castellón, el de Valencia, ….y así una lista casi inacabable de incendios sólo a partir de julio este año y sólo ha pasado mes y medio.

En el caso concreto del incendio cerca de Yeste los habitantes denunciaron como se escucharon en las laderas del monte varias pequeñas detonaciones justo antes de que se declarasen al menos cinco focos de fuego.

Además, todo comenzó a media tarde que es el peor momento para que se inicie un fuego debido a la dificultad para la actuación de los efectivos contra incendio debido a la falta de visibilidad por la llegada de la noche. Como en otros casos en donde hay detrás un incendio provocado, no parecía que la hora hubiese sido escogida al azar.

 

Pinar de alto valor ecológico en el Parque Natural de Sierra de Guadarrama

 

Todavía nos queda otro mes y medio al menos, de sofocante calor y tiempo seco, y no parece que la situación mejore.

 

 

El Agua y el Clima

La Parte II de este artículo la puedes seguir en ese enlace:

 

Incendios: La Amenaza Vegetal Global (parte II)

 

 

Enlaces de sobre Seguridad:

http://www.guardiacivil.es/es/index.html

http://www.proteccioncivil.es

http://www.forestales.net

https://www.sobreincendios.com

Ministerios:

http://www.mapama.gob.es/es

http://www.interior.gob.es/

Oenegés:

https://www.tierra.org

https://www.ecologistasenaccion.org/

http://www.wwf.es/nuestro_trabajo_/clima_y_energia/

http://www.greenpeace.org/espana/es/

 

autor del artículo:

Jesús Pablo Alonso García

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Detalles de permisos sobre Foto 01 y Foto 02:

Foto 01:
John McColgan – taken by John McColgan, employed as a fire behavior analyst at the Forest Service, an agency of
the U.S. Department of Agriculture. / «Elk Bath» – A wildfire in the Bitterroot National Forest in Montana, United States / Dominio público ocultar términos – File:Deerfire.jpg – Creado el: 6 de agosto de 2000

Esta imágen o archivo es una obra de un empleado del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, creó durante el curso de los obligaciones oficiales del empleado. Como una obra del Gobierno federal de los Estados Unidos, este imágen es en el dominio público.

Foto 02:
El gran incendio de Roma.
Hubert Robert – http://www.kunst-fuer-alle.de/index.php mid=77&lid=1&blink=76&stext=caesar&cmstitle=Bilder,-Kunstdrucke,-Poster:-Caesar&start=80
Dominio público – File:Robert, Hubert – Incendie à Rome -.jpg

Tormentas de Verano y Cultivos Vegetales

Tormenta pasando cerca del suelo

 

Las tormentas de Verano como clima extremo y su perjuicio sobre Vegetales es un aspecto cada vez más protagonista en la medida que se extrema el clima.

 

En Verano se producen alteraciones del clima muy señaladas a causa de las temperaturas elevadas.

Se produce de esta manera un contraste muy grande de temperaturas de modo que a la vez produce cambios en el agua.

En esta estación es muy frecuente ver como regiones templadas cercanas al mar Mediterráneo sufren estas variaciones encontrando el agua de ríos y lagunas muy calientes con medias cercanas a los treinta grados frente al granizo por debajo de cero grados encontrado tras caer una tormenta.

Hace un par de semanas lo hemos podido observar con detalle, como de repente de los cerca de 43 grados hemos pasado a los 18 grados por un ciclo de tormentas que estuvieron sobrepasando la península durante dos días.

Así, de la primera ola de calor de finales de primavera hemos pasado a un mes de Julio de los más fríos que se tiene constancia, computando sus primeros diez días, con un tiempo más propio de la primavera que del verano.

 

Y también hemos visto como este ciclo de tormentas por una parte refrescó el ambiente, pero también produjo miles de rayos y relámpagos, vientos localizados muy fuertes, y muchísimo granizo, un granizo del tamaño de una cereza grande que por donde pasaba producía daños materiales y sobre las cosechas, arrasándolo todo a su paso.

 

 

Proceso de generación de Tormentas

Unos años antes u otros después, la temperatura de la estación del Verano comienza a elevarse.

Cada día la tierra se va calentando más y se establece una temperatura media en el suelo que es difícil de variar hasta que los días son ya más cortos, cerca del Otoño.

Todos los días con Sol se reafirma la temperatura media que es cada vez más alta. Esta temperatura aumenta según avanza el día, y aumenta a la vez la evaporación de agua en suelos, cursos y acumulaciones de agua.

El vapor de agua, a medida que avanza la tarde, alcanza cada vez una altura mayor originando nubes. Estas nubes se van juntando y aumentando de densidad en movimientos cada vez más acelerados de desarrollo tormentoso.

El más conocido es aquel con forma de Yunque. La nube sufre un desarrollo por evaporación muy fuerte en la base que es desde donde se alimenta situada sobre los 2.000 metros, y se produce un crecimiento visible de su parte superior en formas redondeadas que al alcanzar una cierta cota cercana a las 8.000 metros se aplana debido a la presión existente no teniendo otra salida que la de crecer hacia los lados.

Al precipitar el agua que contiene lo suele hacer de manera brusca, por la tarde ya avanzada, incluyendo en muchos casos el comienzo de la noche.

Así se produce una bajada de temperatura desde los 36 o más de 40 grados hasta los 18 debido a la caída del agua que es parte de esa nube. Unido al viento que se produce una sensación térmica de frío aun mayor.

 

Al caer el agua sobre un suelo tan caliente, en principio se vuelve a evaporar de nuevo al instante originando una enorme humedad caliente y agobiante. Después, el agua que sigue cayendo refrigera todo bastante.

 

La bajada de temperatura por la caída del Sol permite que la tormenta deje de crecer y finalmente se estanque disipándose por lo general al final de la tarde y noche.

 

En el proceso tormentoso existen muchas variaciones entre las que está presente la tormenta eléctrica. Para ampliar la información sobre tormentas se puede visitar el enlace:

http://www.aguadul.com/tormentas

 

Hojas, Rama, y Frutos rotos por la caída de Granizo

 

El daño de las Tormentas

Pero la tormenta es posible que sea mayor en tamaño por mayor temperatura y acumulación de agua cercana. En este caso se producen unos vientos muy violentos que suelen producir daños enormes en vegetación y cultivos.

También produce grandes daños materiales en poblaciones e infraestructuras a su paso.

 

Los elementos que son más perjudiciales para los cultivos serán en un principio la caída de granizo, después el viento, la caída de agua elevada, y la diferencia extrema de temperatura.

 

El granizo se produce cuando las gotas que por condensación van cayendo atraviesan capas de la atmósfera con temperaturas bajo cero.

Así estas gotas de agua líquida caen sobre las primeras que se hielan, haciendo cada vez más grandes esferas de hielo que crecen en anillos de modo concéntrico y que caen violentamente a gran velocidad sobre el suelo desde una altura de más de 2000 metros.

 

Si en el suelo hay cultivos los mismos se verán dañados por roturas de tallos y ramas, perforación de hojas, y destrucción de frutos y flores. Es como si una lluvia de proyectiles impactara sobre esas plantas, destruyendo en su totalidad la zona afectada.

 

Los daños serán de mayor o menor grado dependiendo del tipo de cultivo. En este sentido en relación a las hojas, los árboles de hoja perenne como Olivos o Coníferas, se verán menos afectados por dichos impactos debido a que sus hojas presentan una superficie reducida y estrecha.

 

Granizo con capas concéntricas visibles en su formación

 

La cosa es bien distinta cuando se trata de árboles de hoja caduca y más grandes como por ejemplo una Catalpa, la cuál produce hojas de gran superficie de más de treinta centímetros.

A parte de la prácticamente destrucción de la totalidad de la hoja, obliga al vegetal a producir nuevas hojas, que ya serán de menor tamaño y además tardarán un tiempo en salir, eso si después de los impactos sobreviven los troncos y tallos. Esto perjudica claramente al vegetal.

En el caso de cultivos como lechugas o tomates dependerá mucho de si esta caída de granizo se produce en plena temporada de producción de frutos o bien si es al comienzo o finales. En cualquier caso los daños serán cuantiosos.

También se producen daños por la acumulación de este hielo caído al suelo junto a cultivos. Con frecuencia este hielo sepulta las plantas más pequeñas. Y las que son mayores terminan rompiendo sus tallos por helada ya que pueden pasar más de 24 horas hasta que este hielo halla desaparecido totalmente.

 

 

Después en orden de daños estaría el viento.

 

En el caso del viento los daños se producen por la virulencia de la tormenta y las diferencias de presión que ejerce a su paso por el territorio.

Aquí, también se producen en el mismo orden anteriormente descrito, daños en las hojas, aunque quién más sufren son las estructuras grandes y más rígidas. Es el caso de ramas y troncos de árboles y arbustos.

Si el viento es localmente muy fuerte y se concentra en pequeños puntos, es capaz de ejercer una presión enorme que arranque y tumbe dichas especies.

Este viento a parte de local puede ocupar grandes extensiones de modo que se vean afectadas todas las especies de una amplia región y puede durar sólo media hora al paso de cada tormenta.

Pero pueden ser varias tormentas las que pasen por una zona, según los vientos, en una misma tarde.

 

En cualquier caso, se produce una afectación total sobre la fauna que es incluso más dramática en época de cría.

 

Si ya en estas condiciones lo tienen difícil los adultos, una tormenta puede mermar bastante las poblaciones sobre todo cuando se trata de pequeñas aves que se crían en nidos sobre árboles.

 

Aguacero sobre Vegetación

 

En tercer lugar la caída de agua elevada es un problema grande para los vegetales.

El agua es necesaria para las plantas, pero si les llega de manera extrema, por una parte producirá deslizamientos de tierra y por tanto su arranque del suelo.

Y por otro lado cuando se trate, como antes, de plantas de hojas grandes y blandas, éstas al empaparse en exceso, y junto al viento, pueden golpearse contra otros objetos o los mismos vegetales próximos de manera que se desprendan parte de los mismos.

Si la acumulación de agua se prolonga, el vegetal, según de cuál hablemos, podría pudrirse.

 

Cuando un vegetal es afectado, después de los primeros daños hay multitud de insectos que aprovechan para introducirse en el mismo, bien en sus hojas o frutos, para alimentarse, acabando con ese fruto u hoja dañadas.

 

También afecta a la Fauna en donde si son crías muy pequeñas puede enfermarlas por baja temperatura al permanecer mucho tiempo mojadas.

Y también afecta a las crías de nidos en las zonas de rivera en donde a parte del viento, una crecida de las aguas resulta igualmente peligrosa.

Por último la diferencia extrema de temperatura es uno de los daños que no se suele considerar porque es casi invisible cuando se produce.

La temperatura extrema afecta al rendimiento de una planta tanto por ser muy fría como por ser demasiado caliente.

Si llega a producirse la helada será soportable para plantas leñosas. No será así en aquellas con hojas caducas. De producirse fuera de las estaciones previstas, origina quemaduras totales o parciales en la hoja y después su pérdida.

Si por el contrario es un calor muy alto y la planta no puede soportarlo, muy seguramente se produzcan daños idénticos pero por calor, con un resultado idéntico.

 

Esto problema se puede consultar en: https://www.jardinesdesemiramis.aguadul.com/protegetusplantasdecalorinas

 

Y sin llegar a los extremos, el estar la planta muy próxima a esos valores, producen una fatiga en la misma que acortará su vida y rendimiento, y por tanto su envejecimiento prematuro en hojas y conjunto general del organismo.

Unas hojas dañadas resta eficacia a la fijación de carbono y a la incorporación de nutrientes, la producción de frutos y flores, teniendo de este modo menor ventaja en crecimiento y propagación respecto de otras especies.

 

Bolas de Granizo tras la Tormenta

 

Medidas de Protección

Así, como se ha narrado antes, las tormentas en general originan con frecuencia daños imprevisibles.

 

En lo concerniente al cuidado de nuestras plantas podemos situar sobre las mismas, si es un pequeño jardín o bien un patio o una terraza, una pequeña malla de tela.

 

Con esta protección conseguiremos dos cosas, primero, suavizar el impacto del Sol directo sobre nuestros pequeños arbolitos y plantas pequeñas, reduciendo de paso su evaporación y daños en hojas, y en segundo lugar, evitar la caída de granizo, lluvia extrema, así como otros objetos sobre las mismas.

 

Dicha malla permite una circulación del viento constante de modo que ni corre riesgo la instalación ni la oxigenación del espacio ya que está abierto por los laterales.

 

En algunos casos, según la configuración del lugar, puede colocarse adicionalmente una malla a modo de pared frontal en uno o dos lados si es el caso de entrada de vientos muy grande o Sol muy directo. En cualquier caso, los otros dos lados de dicha estructura permanecerán siempre abiertos.

Existen también para plantas más delicadas que conviven en un sistema semi-exterior de estructuras más rígidas de invernadero.

Aquí, se produce un intercambio de aire y temperatura con el exterior mediante unos mecanismos que mueven el techo y que consiguen las ventajas antes mencionadas.

Estos invernaderos pueden ser de pequeñas dimensiones para un uso más doméstico o bien ser estructuras más rígidas y complejas.

Cualquiera de las opciones de protección son válidas. También es posible que se nos ocurran otras soluciones.

De todos modos, teniendo un conocimiento sobre el tiempo atmosférico que se producirá y una precauciones mínimas, podremos tener un hermoso jardín dándole así los mejores cuidados.

 

Tormenta de desarrollo Vertical

 

autor del artículo:

Jesús Pablo Alonso García

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Protege tus Plantas de Calorinas Anticipadas

Protege tus Plantas de Calorinas Anticipadas

 

El Sol en Abril en el Centro Peninsular

 

Antecedentes de meteorología

Cada año es meteorológicamente distinto. Unos años son más cálidos hacia el final del verano prolongándose durante todo el Otoño.

En otros casos como este año 2017 el calor empezó muchísimo antes que años anteriores.

Hace dos años en 2015 hubo una ola de calor que afectó a España durante mes y medio. Se centró en los meses de julio y agosto de manera que fueron muy habituales los casi 44 grados en varios puntos de la Península, sobre todo en la zona central y Sur.

Desde el punto de vista del confort y la salud, lo peor fue que durante la noche era muy común estar a entre 37 y 40 grados, lo cual influyó muy negativamente en el estado de salud de las personas al impedir su sueño y normal descanso.

Esa situación sí se había visto antes pero durante más de un mes seguido no.

Igualmente que en 2014 el frío tardó en llegar de manera que hacía calor en el mes de octubre y una temperatura muy templada en noviembre.

En estos últimos tres años fue habitual observar como los ciclos de crecimiento de las plantas sufrieron cambios y alteraciones impropias de su estación

En este sentido era común disfrutar de la floración de fresas hasta bien entrado el mes de Diciembre lo cuál no ocurría por lo general cuando se llegaba al mes de octubre.

En esos años hubo árboles que prácticamente no perdieron sus hojas las cuales sólo cayeron cuando salieron las nuevas. Para el árbol es como si hubiese vivido una primavera muy calurosa constante.

La tendencia que se observa es la del recorte en la duración de las estaciones de Otoño y Primavera.

 

Hoja de Haya con daños por temperatura alta

 

De modo que se presenta un Verano cada vez más largo que se anticipa y que tarda en finalizar. Por otro un Invierno que tarda en llegar y que se observa generalmente como más cálido de lo normal.

Es innegable que el clima se calienta. Esto no es un dato únicamente peninsular sino que es la tendencia planetaria de manera que predominan olas de calor con enormes sequías y numerosos incendios, seguido de olas de frío que dejan nevadas de record.

En este año 2017 hubo olas de frío en Enero y Marzo. Ha nevado en varias ocasiones pero durante apenas una semana de seguido. En general la temperatura global en la península ha sido templada.

También hubo fríos en Noviembre y Diciembre del año pasado, pero igualmente fueron de corta duración.

Lo más inusual que se está viviendo este año es la alta temperatura que se está sufriendo casi antes de finalizado el invierno.

De las pequeñas olas de frío se ha pasado a un tiempo muy cálido. Esto se produjo a saltos y ha creado un poco de confusión en los ciclos naturales vegetales

La primavera se adelantó un poco lo cuál ocurre, como se mencionó antes, desde hace varios años.

 

Su influencia sobre las plantas

Hojas de Roble con daños por temperatura alta

 

Así este año las plantas en general han despertado de su letargo pero cuando lo han hecho en al menos tres ocasiones, este crecimiento en primeras fases fue interrumpido por el frío que fue esporádico pero lo suficientemente dañino para desajustar esos ciclos vegetales.

De este modo, cuando las plantas, ya por el número de horas solares creciente, comenzaron de manera imparable a echar sus primeras hojas y flores, llegó de modo inesperado un clima demasiado caluroso y sobre todo seco que produjo daños en las hojas aun muy tiernas y débiles

En el caso de plantas caduciformes, la sequedad del ambiente y el calor elevado hacen que varios sectores de sus pequeñas hojas no lo aguanten, de manera que sus vasos y nerviaciones para conducir el agua y nutrientes queden obstruidos, ocurriendo a continuación la perdida parcial o tal vez total de la hoja.

 

Hoja de Roble Melojo con daños por temperatura

 

La sequedad se manifiesta en los extremos de la hoja que al mismo tiempo que son un poco más finos, son la zona que más tiempo tarda en hidratarse.

En fases de crecimiento tempranas esto es como mutilar su progreso. Si las hojas no se desarrollan del todo, la planta no crecerá completa

En siguientes fases, tal vez en el siguiente mes y medio, puede echar de nuevo otras hojas de apoyo, pero si el calor ha subido en proporción al mes estacional que en realidad no le corresponde, es muy posible que ocurra lo mismo, es decir, que se pierdan hojas nuevas o gran parte de sus sectores.

La propia planta lleva un registro de todos estos cambios y evoluciones y actúa en consecuencia y reacción a los nuevos sucesos y acontecimientos

 

Tres fases de Autoprotección

Si las condiciones para la vida son poco viables, para su protección, la planta sigue de modo sistemático tres pasos para su supervivencia:

En un primer paso, encorvará sus hojas para reducir al máximo su exposición solar.

En segundo lugar, si aun así sigue siendo muy elevada, estas hojas tienen la habilidad de colocarse al revés por la cara opuesta que es donde menos sensores de luz hay y por tanto esta cara más opaca permite a la superficie más sensible situarse en sombra.

Esta reacción puede ser de dos maneras, girando la hoja en rotación o bien variando su ángulo hacia el Sol elevando el pequeño tallo hasta colocarlo casi totalmente vertical.

Y por último, su tercer y último paso consiste en «perder la hoja».

 

Roble que ha perdido sus hojas en Julio por el calor elevado

 

Cuando las condiciones no son compatibles con el sistema de hidratación de la planta por falta de riego o, en este caso, por calor extremo, la planta se deshace de sus hojas conservando su máxima hidratación en la raíz y tronco.

Una vez que las condiciones mejoran, lo que puede tardar en ocurrir varios días y semanas, la planta de nuevo produce nuevas hojas

 

Roble con «segundas hojas nuevas»

 

Estas hojas al ser nuevas, pueden durar más tiempo de manera que siguen nutriendo al vegetal hasta bien entrado el invierno ya que dichas hojas siendo jóvenes, tienen una capacidad prolongada de vivir.

Así haciendo cuentas, los nutrientes incorporados son los mismos tanto si hay problemas y dificultades como si no los hay.

La planta siempre se trata de adaptar a los cambios que sufre

También destacar que estos organismos poseen una memoria y registro interno de todos estos sucesos.

Es como si llevaran un reloj dentro que les indica para la siguiente vez cómo adaptarse un poco mejor, sacar partido de la situación y evolucionar

 

Nuestras Plantas en nuestro entorno

Si se trata de plantas de jardín y otras domésticas, lo que podemos hacer es mantener en estas plantas una hidratación constante para que se autorregulen.

 

Plantas sobre suelo cerámico

 

En relación a sus hojas es posible dotar a nuestro espacio vegetal, si es el caso de un invernadero, de humidificadores que varias veces al día creen una atmósfera de humedad idónea para su vida.

Si se trata de plantas de interior se pueden usar humidificadores domésticos. En el caso de jardines de exterior hay otras soluciones que van desde los sistemas de auto riego a los nebulizadores y atomizadores de agua los cuáles se distribuyen por el espacio.

También mencionar que cuántas más plantas tengamos agrupadas, más humedad concentrada habrá. Las plantas cuando están unas cerca de otras, en conjunto crean un microclima de modo que los árboles se rodean de arbustos y estos a su vez de plantas menores como el suelo tipo césped.

Así todo el conjunto mantiene una humedad muy superior a la que podría tener un pequeño conjunto aislado sobre un suelo por ejemplo de cemento o cerámica.

La irradiación del sol sobre este tipo de suelo es total y eleva su temperatura muchísimo de manera que dicho suelo sigue irradiando calor incluso horas después de que el Sol ya se ha ocultado.

Una planta en este entorno no sobrevive. Incluso en invierno este suelo extrema tanto el clima que no hace más que producir daños en el vegetal.

Lo mejor es un suelo natural de tierra que deberá estar algo húmeda, y si es cubierto de hierba o césped mucho mejor

 

Suelo natural

 

Si escogemos diseños modernos acordes a un espacio abierto como áticos, terrazas amplias o un jardín urbano, será posible alternar dichos modelos con materiales más amables como la madera y el bambú muy presentes en una casa de campo.

En estos casos al ser materiales de origen vegetal, su comportamiento será muy parecido al suelo natural.

Otra posibilidad es la de cubrir suelos de cemento y cerámicos con corteza de árbol, fibra de coco y o gravilla volcánica. Son tres elementos fabulosos para retener la humedad de nuestras plantas así como para mejorar la estética de nuestra vivienda en las zonas anexas al edificio.

 

Conclusiones

No obstante, según lo comentado párrafos atrás acerca del clima, todas las adaptaciones al cambio tienen un límite, en las Plantas y en el Hombre. Si los cambios son muy bruscos y extremos podría sobrevenir alguna clase de desastre a nivel ambiental y por tanto alimentario.

Vivimos en un sistema ambiental cerrado que es el Planeta Tierra, y todos los cambios que en él se producen afectan al conjunto de seres vivos que lo habitan.

También para no alarmarnos saber que en el pasado hubo períodos de sequías enormes, unas recientemente y otras producidas en la antigüedad, y también hubo décadas con tiempos demasiado cálidos y otras con fríos muy intensos igualmente dañinos que comprometieron la vida.

Por eso, esta situación no es nueva. Lo único que hay que prestar atención es al modo en que abordarlo mediante una gestión sostenible de recursos y mediante sistemas de información que permitan una anticipación suficiente

 

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Jesús Pablo Alonso García

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Afrontar el Invierno Vegetal

Invierno Vegetal

 

 

Durante el otoño las plantas se preparan para una estación en donde el intenso frío y las pocas horas de luz ralentizarán su vida.

Poco a poco los días se hacen más cortos desde mediados de Verano de manera casi imperceptible, pero que al llegar el mes de septiembre se hace bien visible, sobre todo desde mediados.

Esta percepción cambia según la latitud de manera que en regiones mas cercanas al ecuador la duración del día y la noche son muy parecidos con casi un número parecido de horas de luz.

Sin embargo, en esas otras regiones próximas a los Polos se notarán más este tipo de cambios debido a que son los días y las noches más extremos. En el caso del verano la cantidad de luz durante el día será muy próxima a las veinticuatro horas llegando en algunas zonas a ser de día durante todo el día debido a la propia inclinación natural del eje terrestre, y en invierno justo todo lo contrario, es decir, prácticamente todo el día de noche.

Las plantas, según dónde vivan, registran todos estos cambios en digamosló así, por medio de un reloj interno que poseen. De este modo las plantas tendrán una mayor o menor actividad vital según este número de horas de luz sobre todo.

Es importante destacar que hay otros aspectos que son fundamentales para el crecimiento de la planta como puede ser la temperatura ambiental, la humedad y  desde luego los nutrientes.

Así pues la llegada del invierno supone una disminución de la actividad vital del vegetal para entrar en un período de descanso prolongado de más de tres meses aproximadamente, según la latitud como se señalaba antes.

Este descanso hace que el vegetal entre en un período latente donde su actividad se reduce al mínimo y por tanto permite que en nuestro jardín, balcón o terreno, realicemos podas en sus partes leñosas.

Según sea su naturaleza arbórea, agrícola u ornamental, podremos elegir este período de poda a primeros  de invierno o bien a finales cerca de la entrada de la primavera, dependiendo de si el invierno entró tarde o pronto, o bien la Primavera es temprana o tardía.

El invierno sirve por un lado para que la planta descanse y por otro para desprenderse de lo que le sobra.

En este sentido las hojas caducas caen al suelo y junto a ellas todos aquellos parásitos que estaban sujetos a las mismas. Lo mismo ocurre con las ramas más débiles y deterioradas. Todo esto es muy positivo y útil debido a que estas partes muertas que caen sirven para dotar al suelo cercano de nutrientes muy necesarios en primavera.

Las heladas del invierno y primavera también purgan a la planta frente a partes muertas de la misma, y por descontando las nieves, la cuál, si ocurren, tienen un poder de arrastre enorme.

Todos estos factores hacen del invierno un regenerador natural que permitirá afrontar con más éxito la nueva vida de la planta.

Pero no en todos los casos estas plantas pueden hacerlo del todo solas. Podemos ayudar mediante podas y otros tratamientos para que este vegetal tenga un mayor potencial.

 

 

Podemos podar toda clase de árboles de manera que serán los de hoja caduca los que nos lo pondrán más fácil ya que desprovistos de hojas permiten ver todas su ramas, cuáles son las que conviene cortar y qué partes están mas dañadas.

En los perennes como las coníferas también podemos hacerlo viendo qué partes necesitan una mayor o menor ayuda.

Otras especies como el rosal también permiten este tipo de podas y por lo general toda especie leñosa.

Se puede hacer a lo largo de todo el invierno pero resulta mejor para la planta si se hace justo cuando va a comenzar la primavera.

Al margen de la poda también es conveniente preparar el terreno con abono en una primera fase de enriquecimiento del suelo.

Después en la segunda fase de abonado deberá realizarse a primeros de primavera cuando la planta comienza a echar los primeros tallos y hojas nuevas.

 

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Jesús Pablo Alonso García

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Flores en el Desierto

Flores Desérticas

 

floresDesierto

 

Estamos acostumbrados a pensar en la floración de las plantas como un hecho exclusivo de las plantas mediterráneas, y nos choca un poco encontrarnos con plantas que florecen bajo un frío intenso o un calor abrasador

En este caso me referiré a las plantas desérticas. Algunas pasan todo el año de manera inadvertida creciendo sus hojas o prolongando sus tallos, y tal vez en algunos casos creando a su alrededor pequeñas colonias replicando esas mismas estructuras.

Sin embargo, con las últimas lunas de invierno y las primeras de primavera comienza la floración de plantas que hasta ese momento parecían sólo ofrecer el color verdoso de sus hojas.

En unos casos crece desde la base o desde el centro de sus hojas un tallo largo que de manera arbolada produce una cascada de flores que se abren de modo descendente.

Otras veces esas flores salen de entre las espinas de la cactacea y producen flores de distinto colorido.

Y en otros casos su floración se produce de manera similar a la de las plantas habituales de modo que en la prolongación de las nuevas hojas se desarrollan delicadas estructuras que terminan generando pétalos de color.

Por lo general los colores más frecuentes son el amarillo, rosado y anaranjado.

En unos casos, si la planta lo permite, dará un fruto que a veces es comestible. Uno de los ejemplos más cercanos lo podemos encontrar en las Chumberas en dónde antes de que crezca el fruto aparece una flor enorme de color amarillo o bien naranja con unos pétalos grandes.

Estas flores sirven de alimento a especies que se nutren de su néctar lo cuál favorece a su vez a la polinización de la misma.

 

cardo

 

Las fechas en las que se produce esta floración a finales de invierno y primeros de primavera es debido a que más adelante las condiciones de supervivencia son muy duras y no sería posible que sus flores sobrevivieran un solo día. Por eso se produce en un momento de clima más favorable.

De todos modos muchas veces depende del clima propio en dónde crecen estas plantas y de los microclimas a los que están sometidas.

Existen por todo el planeta desiertos de todo tipo. Unos son arenosos sin apenas sombras, otros son rocosos, existen desiertos helados en lo alto de macizos montañosos, y desiertos al pie de vergeles y oasis.

En toda esta variedad de desiertos las plantas desérticas han sabido desarrollar mecanismos de ahorro de agua y modos de alcanzarla mediante sus raíces por muy lejos que ésta esté. Un ejemplo de este tipo de supervivencia lo ofrece el Lentisco, una planta con tallos gruesos como una zarza, todo lleno de espinas largas y muy duras para protegerse de predadores, donde sus raíces alcanzan más de ochenta metros de profundidad.

Esto permite a esta planta aprovechar el agua del subsuelo y acuíferos que se llenaron con las aguas que cayeron de modo torrencial y se depositan en este lugar según la geología del terreno.

Así, con este aporte de agua, el Lentisco puede garantizarse un crecimiento continuado ofreciendo una floración regular cuando llega la estación del año adecuada.

Otro ejemplo es el del Abrojo o Cardo el cuál, está bajo tierra durante un año acumulando reservas de agua y nutrientes. Crea un sistema de raíz que retiene estos recursos de manera que cuando dispone de los mismos en cantidad suficiente, lo cuál ocurre cada dos años, crece, aprovechando la llegada de la primavera, por lo general en el mes de marzo o abril, construyendo un tallo cada vez más largo y grueso que puede alcanzar más de dos metros de altura.

Finalmente, en sus extremos, aparecen flores de color violeta que atraen a toda clase de insectos y pequeñas aves.

Lo más sorprendente de este proceso es que aunque ya en ese momento en el que inicia su crecimiento no hubiese lluvias o aporte de agua, su desarrollo sería el mismo ya que depende de sus reservas acumuladas en el último año y medio para garantizarse una floración a los dos años.

Son estos algunos ejemplos de cómo las plantas del desierto han ideado mecanismos de supervivencia para adaptarse a un entorno duro sin perder sin embargo su belleza natural y logrando competir en floración con las demás plantas que viven en entornos más amables.

 

chumbera_flores

 

 

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Jesús Pablo Alonso García

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Perenne

Perenne

hojasRoble_perenne

 

No es frecuente verlo pero algún año ocurre que uno se para a observar pequeños árboles que en lugar de perder todas sus hojas, conservan algunas durante todo el año.

Lo habitual es que estos árboles pierdan sus hojas totalmente cuando llega el invierno. Caen algunas de sus hojas, con la llegada del otoño y en el invierno, debido a la escasez de luz, la corta duración del día y las bajas temperaturas.

En este caso, ocurre alguna vez, por ejemplo, con el roble, que si el invierno no ha sido muy severo y además está esta especie en un lugar resguardado, alguna de sus ramas puede conservar alguna de sus hojas las cuales están activas todo el año. En lo relativo a ese tallo, se mantiene una actividad lenta pero continua mientras esas hojas realizan una fotosíntesis lenta, con un color verdoso apagado y claro, llevando una actividad latente, mucho más lenta que en el resto del año.

Sorprende observar como estos árboles tienen algunas hojas mientras los que están cercanos no conservan ninguna.

Existen árboles de hoja caduca y hoja perenne. Los de hoja caduca se preparan para el invierno dejando caer sus hojas y sellando esos orificios para la llegada de la siguiente estación de primavera, por donde saldrán de nuevo sus yemas que darán paso a las hojas nuevas.

En los árboles de hoja perenne sucede que sus hojas tienen un tiempo de vida determinado y se van cayendo durante todo el año de manera que su espacio es ocupado por hojas nuevas.

Pero en el reino vegetal no todo es una regla exacta para todas las especies. En otoño e invierno lo cierto es que se produce una mayor cantidad de hojas secas entre estas especies de hoja perenne.

En otros casos nos encontramos con que algunas especies dejan sus hojas con un color verde oscuro casi de color azulado e incluso marrón llegando a parecer  totalmente secas. Sólo tienen algunas secciones con un color más vivo pero por lo general en su conjunto estas plantas parecen casi completamente dormidas. Es el caso de las Tuyas y Juníperos rastreros entre otras.

De este modo para explicar esa hibernación debemos saber primero de qué especie se trata y en qué lugar geográfico se encuentra dentro del planeta. Las regiones climáticas y la duración de los días tendrán una profunda influencia en el comportamiento de estas especies arbóreas.

No obstante hay especies de árboles que se han adaptado a climas concretos durante miles de años y de ser especies perennes pasaron a ser de hoja caduca o viceversa. Es el caso, por ejemplo, de una especie de roble situado en Asia el cuál mantiene sus hojas durante todo el año.

En los bosques europeos y americanos, algún año suave, es frecuente ver en zonas de abrigo cómo algunos árboles conservan algunas hojas durante todo el año.

Las plantas de un modo u otro tienen memoria y van registrando todos esos cambios de manera que si en algún momento el clima cambiase mucho, tal vez, podría ocurrir que algunas especies pasasen, de manera progresiva, a ser de hoja perenne.

La naturaleza en su conjunto no deja de sorprendernos por los cambios tan lentos que genera en una escala de tiempo muy larga comparada con nuestras vidas y nuestras generaciones humanas, en sí, mucho más rápidas, pero que conviven desde siempre, entendiendo siempre como los últimos doscientos milenios, nada más y nada menos, un tiempo muy breve para el reino vegetal y todo un hecho ancestral para nosotros como especie humana.

 

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Jesús Pablo Alonso García

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Flor de Romero en Enero

Flor de Romero en Enero

 

florRomero

 

Hace unos días apareció la primera “flor de romero” de este año.

Es una flor pequeña y delicada, de color violeta. Ha salido por la luz que ya hay a diario a pesar de que esté nublado o haga frío.

Sus flores se llevan mejor con el tiempo cálido y fresco a la vez. Por eso sobre todo aparecen en la primavera desde febrero hasta mayo, y después en octubre.

Las calorinas no le sientan bien y es por eso por lo que en cuanto hace más de treinta grados, la flor comienza a secarse, y se marchita.

La aparición de estas flores es un indicador del inicio en la incipiente aparición de insectos los cuáles se alimentarán de su néctar.

Toda suerte de abejas, moscas y otros insectos, a la vez que se alimentan de ese néctar, polinizarán, según avanza la estación, todas las plantas florales que surgen.

En octubre además favorecen la alimentación de mariposas y polillas de otoño.

No obstante, la aparición de estas flores es cada vez más temprano.

En diciembre aparecieron ya las primeras margaritas, otra vez unas semanas antes.

Debido al cambio de estaciones y las variaciones de clima que sufrimos hace no demasiado, ocurre que muchas especies no hibernan. Los climas suaves que tenemos producen pocas heladas y clima frío de corta duración.

Eso lleva a la vez a la floración prematura o continuada de especies que sustentan a esos insectos, y por tanto a aves que en muchos casos no migran.

Así, por una parte es bonito ver cómo aparecen flores que anuncian la llegada de la primavera pero por otro lado no es una señal habitual ya que apenas hemos tenido invierno aunque aún quedan dos meses de estación.

También puede ocurrir que el invierno se alargue como en otros años en donde hizo tiempo fresco hasta bien entrado el mes de Julio. O bien pudiera suceder que haga calor temprano igual que sucedió el año pasado comenzando la primavera a mediados de febrero que encadenó con un verano que casi ha llegado al mes de noviembre pasado.

El tiempo es siempre cambiante y no sigue unas reglas fijas. Depende de cada año y de las inercias de años anteriores, a parte de su relación con el resto de clima planetario y los cambios que se producen en la actualidad.

La naturaleza se rige por la única regla que es “la supervivencia”. Se adapta a los cambios según estos aparecen empleando los mecanismos necesarios y suficientes para tener éxito y sobrevivir.

 

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Jesús Pablo Alonso García

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